lunes, 3 de agosto de 2009

Nadie es Perfecto (el pecado)

EL TEMA
¿Qué es el pecado? Es una característica que define a la condición humana.Para algunos jóvenes es un concepto difícil de comprender, sobre todo para aquellos que no están acostumbrados a leer la Biblia. Esta Conversación dinámica nos ayudará a clarificar qué es el pecado y cómo hacen los cristianos para no vivir bajo su dominio.
PARA COMENZAR
Como para algunos es difícil comprender el pecado (más allá de saber que es hacer algo malo), le pediremos al grupo que responda las siguientes preguntas.¿Cómo vemos el pecado (en nuestra mente)? ¿Cómo describiríamos el pecado?¿Qué nos hace pecar? ¿Cuánto es mucho pecado?Probablemente tendrán respuestas diferentes. Haremos una lista con todas.¿Por qué contestaron eso? ¿Qué les ayudaría a entender mejor el pecado?¿El grupo se pone nervioso al responder? Podemos repartir periódicos o revistas y pedirles que busquen ejemplos de pecado. Cada uno podrá mostrar uno o dos ejemplos de los que haya encontrado. ¿Cuál es el pecado? ¿Por qué eso se considera pecado? ¿En una escala de 1 a 10, cómo calificarían ese pecado?
EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA.
hojas de trabajo Trataremos de llegar a un consenso grupal sobre la definición de pecado.Hagámosles ver que el pecado es más que hacer cosas malas. Es rebeldía contra Dios y sus leyes.2. Probablemente los jóvenes hayan incluido cosas como emborracharse, tener relaciones sexuales prematrimoniales, copiarse en los exámenes y mentir, entre otras. Haremos una lista con todas las respuestas y hablaremos acerca de por qué somos permisivos con algunas de esas cosas.Discutiremos las principales que se hayan mencionado y les preguntaremospor qué creen que son pecado.3. Les pediremos que busquen el fundamento bíblico de sus respuestas. Podemos dividirlos en grupitos para que, Biblia en mano, determinen cuáles de esas afirmaciones son verdaderas y cuáles falsas. Que consulten una concordancia bíblica o una Biblia temática para sustentar sus opiniones. Intentaremos que los jóvenes del grupo entiendan que Dios los ama y los perdona, pero que nuestro pecado hiere a Dios. Nuestra naturaleza pecadora envió a Jesús a la cruz, porque nadie podía pagar el precio de lavar sus propios pecados.La Biblia dice: “Pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado” (Números 32:23). El pecado no encontraría tantos adeptos si sus consecuencias se vieran de inmediato. La principal razón por la que Dios no quiere que pequemos es porque el pecado es destructivo. No solamente estamos desobedeciendo a Dios, sino que nos lastimamos a nosotros mismos.Aun aquellos que parecen pecados pequeños nos pueden causar muchos problemas. Más allá de que Dios nos perdona, las consecuencias de haber actuado mal no desaparecen. El objetivo de esta actividad no es generar en los jóvenes sentimiento de culpa, sino hacerles ver los riesgos de pecar.4. ¿Cómo respondieron los jóvenes del grupo esta pregunta? ¿En qué situacionespecar sería más grave (por ejemplo, manejar a alta velocidad o copiarse en un examen)? Quizás podamos hacer referencia a los textos de la pregunta 5.5. Leeremos estos pasajes bíblicos en voz alta. La intención es trasladar el centro de la discusión del pecado a la gracia. Y enfocarnos en el perdón de Dios.
EL CIERRE
Todos -padres, pastores, maestros, y amigos- somos pecadores. Es verdad. Todos somos humanos y estamos destituidos de la gloria de Dios. El pecado nos aleja de Dios, pero afortunadamente nunca nos separa de su amor. Dios es fiel y perdona nuestras faltas (I Juan 1:9). Cuando nos arrepentimos y pedimos perdón, Dios nos da una nueva oportunidad.¿Habrá algunos pecados con los que los miembros del grupo están luchando? Quizás sería bueno pedirles que los escribieran en una hoja. Luegoharemos una demostración de que el perdón de Dios es como un fuego purificador: quemaremos los papeles en una gran fogata fuera del salón (¡con cuidado, por supuesto!). Otra opción más segura es que cada uno rompa su hoja en pequeños pedazos. Cualquiera de las dos actividades muestra lo que Cristo hace con nuestros pecados: los perdona y los olvida. Les diremos a los jóvenes que si se lo piden, recibirán el perdón de Cristo. Sería bueno que tuviéramos un momento de oración en silencio y de reflexión. Recordémosles que necesitan perdonarse a ellos mismos. Han dejado el pecado y la culpa en manos de Dios y él ha lavado sus corazones.
UN POCO MÁS
● La Biblia está llena de ejemplos de la gracia y el perdón de Dios. Cristo mostró amor y misericordia hacia los pecadores. De hecho, Jesús pasó tiempo con pecadores que eran considerados lo más bajo de la sociedad de ese momento (como María Magdalena, que era prostituta). Buscaremos algunos ejemplos y haremos una lista en una pizarra o en una cartulina. Que vean que Dios siempre ha perdonado y siempre perdonará a aquellos que lo aman.
● Planteemos el debate sobre la importancia de perdonar a otros, como Dios nos perdona a nosotros. ¿Por qué nos cuesta tanto perdonar y olvidar lo que nos hacen nuestros amigos o familiares? ¿Cómo podemos hacer para perdonarlos y sobreponernos al dolor que nos causaron? Lancemos un desafío: que esta semana, cada uno perdone a una persona que lo lastimó y arregle esa situación.

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