jueves, 6 de agosto de 2009

¿De qué se trata? (cristianismo básico)

EL TEMA
Esta Conversación dinámica ha sido diseñada para explorar las ideas básicas que tienen los jóvenes acerca del cristianismo. Quizás entre ellos haya distintos niveles de crecimiento espiritual y tal vez tengamos que agregar preguntas según sea el grupo. Podríamos hacer énfasis en algunas enseñanzas o doctrinas dentro del contexto de este debate.
Para esta reunión es fundamental la preparación de esta actividad. Sugerimos completar de antemano la guía y revisar en la Biblia todas aquellas preguntas sobre las que no estemos seguros. Asimismo, preparémonos para tratar con jóvenes que no conocen conceptos como nacer de nuevo, ser bautizados, o pedirle a Jesús que entre en el corazón. ¡No presupongas que los adolescentes del grupo entienden eso! Probablemente tengamos que explicar algunos de esos términos.

PARA COMENZAR
¿Los jóvenes del grupo nos escuchan? ¿Cuánto saben? Para averiguarlo podemos pedirle a un líder o a un pastor de la iglesia que prepare un mensaje de cinco minutos. Deberá contener algunas verdades a medias que no sean bíblicamente correctas. Estas “medio verdades” deben ser sutiles, de modo que a los jóvenes no les resulten obvias. De antemano, podemos decirles a los jóvenes que anoten las ideas con las que no están de acuerdo. Luego revisaremos si advirtieron los conceptos cuestionables del sermón.
Otra posibilidad es hacer una trivia bíblica. Nos sorprenderá descubrir cuánto
saben y cuánto no. Si quieren preparar algunas preguntas de antemano, pueden visitar www.biblequizzes.com o www.bible-trivia.com. Dividiremos al grupo en dos equipos y por turnos les haremos preguntas. El equipo con más puntos ganará el juego.

EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA, bajar hoja de trabajo.
1. Los jóvenes pueden tener distintas definiciones acerca de lo que es ser
cristiano. Que cada uno pueda exponer la suya. Si utilizan palabras con
connotación religiosa, que expliquen qué significan. Por ejemplo, ¿qué
quiere decir ser salvo? Tal vez podamos elaborar un listado de definiciones
entre todos.

2. Estas afirmaciones fueron hecha para estimular el debate sobre la vida
cristiana, las doctrinas básicas, y las enseñanzas particulares de la iglesia.
No nos preocupemos si nos queda algún punto sin resolver o si no se
llega a un consenso.

3. Leeremos este punto en voz alta para determinar cuáles son los requisitos
para ser un cristiano. Puedes buscar de antemano versículos bíblicos que
sustenten esas creencias. Debemos tener cuidado de no terminar con una
larga lista que haga del cristianismo una religión legalista.
4. Leeremos los pasajes bíblicos y les pediremos que en secreto escojan un
porcentaje. Para la discusión, podemos hacer una lluvia de ideas para
mejorar en cada área mencionada. Que los jóvenes sean lo más específicos
que puedan.

EL CIERRE
Explicar, animar e invitar, esas son las claves. Quizás algunos de los jóvenes
necesiten tener una conversación personal con nosotros acerca de qué significa ser cristiano. Esta es una puerta abierta para que les presentemos el evangelio y la salvación por medio de Jesús. Ninguna pregunta es tonta, ¡no tienen que entender todo para ser cristianos! Incluso los teólogos más importantes tienen dudas y no conocen todas las respuestas. ¿Qué es lo que realmente importa a la luz de todo esto? Kart Barth dijo: “Jesús me ama, esto sé, porque la Biblia lo dice así”.
Animaremos a los jóvenes a crecer en fe, a leer la Biblia y a hablar con Dios
por medio de la oración. Como cristianos, tienen un regalo para dar: el mensaje del amor de Dios y de la salvación. Si quieren comprender mejor el cristianismo, necesitan conocer más a Dios. Intentaremos darles herramientas para que aprendan más de la fe. Pueden ser libros devocionales o programas de lectura bíblica, grupos de estudio bíblico... todo aquello que los impulse a andar con Dios.

UN POCO MÁS
● ¿Los jóvenes del grupo saben qué es un credo? ¿Tienen ellos un credo personal?
Que escriban una declaración de sus creencias. Pueden ponerla en un lugar visible, desde donde leerla cuando tengan dudas o cuando la gente cuestione lo que ellos creen.

● Es importante que cada joven tenga metas espirituales. Que cada joven
escriba una carta en la que mencione cuáles son las suyas y cuánto quisiera
crecer como cristiano. Les daremos sobres a los chicos para que pongan su
dirección y les coloquen estampillas. Se los enviaremos por correo en seis
meses o un año.

● Tal vez sea oportuno que los jóvenes investiguen un poco sobre las doctrinas cristianas. Los posibles temas son la santificación, la conversión, la gracia, la justificación, y la creación. Algunos pueden resultar muy complejos de explicar, no los sobrecargues. Otra posibilidad es que trabaje todo el grupo.

Dame amor (el amor cristiano)

EL TEMA
Existen, entre los jóvenes, diferentes ideas acerca del amor. Algunos piensanque es un sentimiento que se experimenta hacia otra persona. Otros creen que tiene que ver con un acto físico, como se muestra en la televisión y en las películas. Otros, en cambio, lo interpretan como una acción y no una emoción.Los medios de comunicación han establecido diferentes concepciones delamor, muchas de las cuales no son ni ciertas ni sanas. A medida que aumenta la tasa de divorcios, cada vez son más los jóvenes que no entienden qué es el amor. Esta Conversación dinámica nos ayudará a descubrir qué piensan los jóvenes del grupo acerca del amor. Intentaremos profundizar el tema y plantear diferentes formas prácticas con las que el grupo puede poner el amor en acción.

PARA COMENZAR
El amor romántico es el tema principal de la mayoría de las canciones, no importa cuál sea su género. Para comenzar esta sesión escucharemos alguna canción que esté de moda o veremos un video que hable de amor. Puedes bajar canciones o escucharlas por Internet en la página www.mp3.com.Otra opción es escribir la palabra amor en una pizarra o en una cartulina.Luego les pediremos a los jóvenes que hagan una lista de términos que describan al amor. ¿Qué es el amor? ¿Cómo lo presentan los medios? Puedes retomar esta lista en la conclusión.

EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA. hojas de trabajo

1. Compararemos las diferentes respuestas para llegar a un consenso acerca de la diferencia entre cómo ven los cristianos el amor y cómo lo ve el mundo.2. Que los jóvenes justifiquen sus respuestas. ¿Por qué hay gente a quién nos resulta más sencillo amar?3. Algunas de las situaciones de la lista son ejemplos de amor y otras no. Preguntemos al grupo por qué eligieron esas respuestas. Revisaremos cada una de las situaciones y discutiremos cómo cada una demuestra amor o todo lo contrario. Respondamos las preguntas que pudieran surgir.Dejemos un tiempo para el debate. Asegurémonos de comprender por qué algunos de los ejemplos reflejan falta de amor a los demás o a uno mismo. Dios nos manda a amar a los demás como a nosotros mismos (Lucas 10:27). Si los jóvenes no se aman a ellos mismos, ¡algo les está haciendo falta!4. ¿Qué características del amor anotaron los jóvenes? ¿Qué otras palabrasse usan en estos versículos para hablar de amor? Podemos hacer una paráfrasis de algún texto bíblico.EL CIERREEn la conclusión, no olvidemos señalar que el amor no es un sentimiento ni una emoción, más bien es una decisión. La Biblia no nos pide que amemos al prójimo; nos ordena que lo amemos, incluso a aquellos que no nos agradan. Debemos ver a la gente de la misma manera en que Cristo la ve. Todos somos hijos de Dios, creados a su imagen, y por los que Cristo murió. Hoy, la cultura nos impone que valoremos a las personas por aquello que tienen o representan.Cristo nos enseña que simplemente debemos amar a los demás.Terminaremos con una reflexión sobre la lista inicial de palabras que describen el amor. Discutiremos cómo el mundo presenta el amor y cómo lo ve la iglesia.¿Cuáles son las principales diferencias? ¿Se ha equivocado el grupo en el significado del amor? ¿Qué tendría para decirle Dios a nuestra sociedad acerca del amor?

UN POCO MÁS
● ¿Quién es esa persona a quien tanto les cuesta amar? Una buena manera de superar esto es comenzar a orar por ella. La oración fortalece las relaciones.Animemos al grupo a hacer algo durante la semana: orar y buscar a esa persona, saludarla, enviarle un correo que la reconforte. ¿Fue difícil mostrar amor hacia esa persona? ¿Los hizo cambiar de opinión sobre ella? ¿Cómo se sintieron?
● Nos dividiremos en equipos para profundizar el estudio bíblico. Que cada grupo busque uno o dos versículos que hablen sobre el amor. ¿Qué dicen acerca del amor de Dios y del amor del mundo?

lunes, 3 de agosto de 2009

Nadie es Perfecto (el pecado)

EL TEMA
¿Qué es el pecado? Es una característica que define a la condición humana.Para algunos jóvenes es un concepto difícil de comprender, sobre todo para aquellos que no están acostumbrados a leer la Biblia. Esta Conversación dinámica nos ayudará a clarificar qué es el pecado y cómo hacen los cristianos para no vivir bajo su dominio.
PARA COMENZAR
Como para algunos es difícil comprender el pecado (más allá de saber que es hacer algo malo), le pediremos al grupo que responda las siguientes preguntas.¿Cómo vemos el pecado (en nuestra mente)? ¿Cómo describiríamos el pecado?¿Qué nos hace pecar? ¿Cuánto es mucho pecado?Probablemente tendrán respuestas diferentes. Haremos una lista con todas.¿Por qué contestaron eso? ¿Qué les ayudaría a entender mejor el pecado?¿El grupo se pone nervioso al responder? Podemos repartir periódicos o revistas y pedirles que busquen ejemplos de pecado. Cada uno podrá mostrar uno o dos ejemplos de los que haya encontrado. ¿Cuál es el pecado? ¿Por qué eso se considera pecado? ¿En una escala de 1 a 10, cómo calificarían ese pecado?
EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA.
hojas de trabajo Trataremos de llegar a un consenso grupal sobre la definición de pecado.Hagámosles ver que el pecado es más que hacer cosas malas. Es rebeldía contra Dios y sus leyes.2. Probablemente los jóvenes hayan incluido cosas como emborracharse, tener relaciones sexuales prematrimoniales, copiarse en los exámenes y mentir, entre otras. Haremos una lista con todas las respuestas y hablaremos acerca de por qué somos permisivos con algunas de esas cosas.Discutiremos las principales que se hayan mencionado y les preguntaremospor qué creen que son pecado.3. Les pediremos que busquen el fundamento bíblico de sus respuestas. Podemos dividirlos en grupitos para que, Biblia en mano, determinen cuáles de esas afirmaciones son verdaderas y cuáles falsas. Que consulten una concordancia bíblica o una Biblia temática para sustentar sus opiniones. Intentaremos que los jóvenes del grupo entiendan que Dios los ama y los perdona, pero que nuestro pecado hiere a Dios. Nuestra naturaleza pecadora envió a Jesús a la cruz, porque nadie podía pagar el precio de lavar sus propios pecados.La Biblia dice: “Pueden estar seguros de que no escaparán de su pecado” (Números 32:23). El pecado no encontraría tantos adeptos si sus consecuencias se vieran de inmediato. La principal razón por la que Dios no quiere que pequemos es porque el pecado es destructivo. No solamente estamos desobedeciendo a Dios, sino que nos lastimamos a nosotros mismos.Aun aquellos que parecen pecados pequeños nos pueden causar muchos problemas. Más allá de que Dios nos perdona, las consecuencias de haber actuado mal no desaparecen. El objetivo de esta actividad no es generar en los jóvenes sentimiento de culpa, sino hacerles ver los riesgos de pecar.4. ¿Cómo respondieron los jóvenes del grupo esta pregunta? ¿En qué situacionespecar sería más grave (por ejemplo, manejar a alta velocidad o copiarse en un examen)? Quizás podamos hacer referencia a los textos de la pregunta 5.5. Leeremos estos pasajes bíblicos en voz alta. La intención es trasladar el centro de la discusión del pecado a la gracia. Y enfocarnos en el perdón de Dios.
EL CIERRE
Todos -padres, pastores, maestros, y amigos- somos pecadores. Es verdad. Todos somos humanos y estamos destituidos de la gloria de Dios. El pecado nos aleja de Dios, pero afortunadamente nunca nos separa de su amor. Dios es fiel y perdona nuestras faltas (I Juan 1:9). Cuando nos arrepentimos y pedimos perdón, Dios nos da una nueva oportunidad.¿Habrá algunos pecados con los que los miembros del grupo están luchando? Quizás sería bueno pedirles que los escribieran en una hoja. Luegoharemos una demostración de que el perdón de Dios es como un fuego purificador: quemaremos los papeles en una gran fogata fuera del salón (¡con cuidado, por supuesto!). Otra opción más segura es que cada uno rompa su hoja en pequeños pedazos. Cualquiera de las dos actividades muestra lo que Cristo hace con nuestros pecados: los perdona y los olvida. Les diremos a los jóvenes que si se lo piden, recibirán el perdón de Cristo. Sería bueno que tuviéramos un momento de oración en silencio y de reflexión. Recordémosles que necesitan perdonarse a ellos mismos. Han dejado el pecado y la culpa en manos de Dios y él ha lavado sus corazones.
UN POCO MÁS
● La Biblia está llena de ejemplos de la gracia y el perdón de Dios. Cristo mostró amor y misericordia hacia los pecadores. De hecho, Jesús pasó tiempo con pecadores que eran considerados lo más bajo de la sociedad de ese momento (como María Magdalena, que era prostituta). Buscaremos algunos ejemplos y haremos una lista en una pizarra o en una cartulina. Que vean que Dios siempre ha perdonado y siempre perdonará a aquellos que lo aman.
● Planteemos el debate sobre la importancia de perdonar a otros, como Dios nos perdona a nosotros. ¿Por qué nos cuesta tanto perdonar y olvidar lo que nos hacen nuestros amigos o familiares? ¿Cómo podemos hacer para perdonarlos y sobreponernos al dolor que nos causaron? Lancemos un desafío: que esta semana, cada uno perdone a una persona que lo lastimó y arregle esa situación.

Dios en un cuerpo (Jesucristo)

EL TEMA
¿Quién es Jesucristo? Los adolescentes necesitan descubrir por si mismos quién es Cristo y qué harán con ese conocimiento. Esta guía ha sido diseñada para ayudarnos a enfocarnos hacia la persona de Cristo con el fin de aprender más acerca de este personaje y sus atributos, de modo que los jóvenes puedan llegar a conocerlo personalmente.

PARA COMENZAR
En una pizarra, o en una hoja de cartulina, confeccionemos una lista de palabras que describan a Jesús: su aspecto físico, su naturaleza espiritual, sus rasgos de personalidad, y otras cosas. ¿De dónde hemos sacado estas ideas? ¿De la Biblia? ¿De las de imágenes de Cristo que vemos en algunas iglesias? ¿Qué dice la sociedad con respecto a Jesús? ¿Cómo lo describen? ¿Qué escuchan decir los jóvenes con respecto a Jesús en la escuela? ¿Hasta dónde conoce nuestro grupo la vida de Cristo? Proporcionemos al grupo una lista de algunos sucesos de la vida de Cristo, como, por ejemplo, su bautismo, el sermón que predicó en el monte, algunos diferentes milagros y algunas parábolas. Dividamos entonces al grupo en equipos para competir ordenando los sucesos cronológicamente. Luego, repasemos los hechos y expliquemos cualquier aspecto de las historias que los jóvenes no conozcan o sobre los que tengan preguntas.

EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA. Necesitaras hojas de trabajo1. Hagamos una lista con todas las palabras que los miembros del grupo hayan escogido, y pidámosles que expliquen por qué las han elegido. ¿Cuál fue la más repetida? ¿Por qué?
2. ¿Qué tipo de persona sería Jesús si viviera hoy en nuestra ciudad? Dejemos un poco de lado la imagen de “Jesús en una carpintería” e imaginémoslo como un joven moderno. Esto puede resultar todo un desafío; hagámosles saber que no existe una respuesta correcta y una incorrecta. ¿Sobre las ideas tomadas de qué versículos bíblicos se apoyan sus respuestas (si es que las hay)?
3. Esta constituye una pregunta difícil para algunos jóvenes, especialmente aquellos que son cristianos desde hace poco tiempo. No esperemos que sean muy abiertos. Puede ser un buen momento para expresar lo que Jesús significa para nosotros. Tal vez resultaría oportuno proseguir con una pregunta como: “¿Qué diferencia hace en nuestra vida el creer en Jesús?”.
4. Leamos los versículos con el grupo y luego hagamos un resumen de los rasgos característicos de Jesús.

EL CIERRE
Cristo trabaja en cada persona de manera diferente. Tal vez sería bueno señalar lo que ha hecho en nuestra vida. ¿De qué manera ha cambiado nuestra vida la relación con él? Juan 9:25 dice: “Lo único que sé es que yo era ciego y ahora veo”. Expliquémosles a los jóvenes que pueden permitirle a Cristo cambiar sus vidas ¿Están dispuestos a hacerlo? ¿Dejarán que Cristo viva en ellos y obre en sus corazones? La única manera de entender a Jesús es conocerlo mejor.
Señalemos que Jesús es nuestro amigo y no simplemente un ser autoritario que vive en el cielo. Es alguien que permanecerá cerca de nosotros. Él comprende nuestras situaciones, necesidades, deseos, tentaciones y luchas porque vivió en la tierra como humano. Invitemos a los chicos del grupo a comenzar una relación personal con Jesús, si es que todavía no lo han hecho. ¿Qué pueden perder? Nada. Y podrán ganar el mejor de los amigos.

UN POCO MÁS
● Esta lección no puede cubrir todo lo que se refiere a Cristo. Quizá podamos comenzar un estudio bíblico o un grupo pequeño para aprender de la vida de Cristo. Especialidades Juveniles puede proveernos materiales que nos ayudarán en este sentido. Busquemos en: www.especialidadesjuveniles.com.
● ¿Cómo es el Cristo que nos muestran los medios de comunicación (en Internet, en las películas, en la televisión)? Pidamos al grupo que investigue un poco afuera para encontrar algunos ejemplos. Seguramente encontrarán
tanto ejemplos buenos como malos. Analicemos los ejemplos que hayan encontrado acerca de cómo la sociedad representa a Cristo. ¿Son estos ejemplos correctos? ¿Qué nos permiten descubrir con respecto al cristianismo y la religión?
● Utilicemos esta lección para explicar la diferencia entre Dios y Jesús.
Algunos de los jóvenes probablemente se pregunten cómo puede Jesús ser Dios si es el Hijo de Dios. ¡No es fácil de explicar en palabras sencillas!
Tengamos cuidado de no volvernos demasiado teológicos, pero dediquemos algún tiempo a explicar la Trinidad y la relación que existe entre Dios el Padre, Jesús y el Espíritu Santo.

miércoles, 22 de julio de 2009

La guia paterna, los padres

EL TEMA
A medida en que los jóvenes crecen, van tomando distancia de sus padres y
formando una identidad propia. La mayor parte de ellos probablemente ya lo
ha hecho. Esto puede ocasionar cierto grado de malestar y rebeldía en la casa.
Los padres a veces dan la impresión de ser anticuados y exageradamente
estrictos. Esta guía para Conversaciones Dinámicas nos ayudará a analizar con los jóvenes la relación entre padres e hijos desde un ángulo positivo. ¡Y ojalá los ayude a darse cuenta de que sus padres también son personas!
Tal vez nuestros chicos provengan de diferentes tipos de familias, lo que
puede incluir hogares con padres divorciados, familias de un solo padre, y
hasta orfanatos. Seamos sumamente cuidadosos al conducir el debate. No
presupongamos que todos los jóvenes proceden de un hogar tradicional que
cuenta con sus dos padres.

PARA COMENZAR
En una hoja grande de papel o en una pizarra, escribamos junto con los jóvenes algunas de las cosas que les gustaría cambiar en sus padres si pudieran.
Comencemos sugiriendo algunas ideas como: “Que me dieran más libertad”,
“Que no me obliguen a tomar clases de guitarra”, y otras semejantes. Si los
chicos no quieren ser específicos, no los forcemos a ello.
En otra hoja grande de papel, pidamos a los jóvenes que escriban algunas de
las cosas que sus padres quisieran cambiar de ellos. Mantengamos a los jóvenes dentro de una perspectiva correcta (quizás haya algún joven que escriba “Nada, soy perfecto”).
Ahora comparemos las dos listas. Señalemos que tanto los padres como los
hijos tienen sus fallas y cometen errores (¡son humanos!). Y hagamos que
tomen conciencia de que la relación entre padres e hijos parte de dos puntos
de vista distintos: los padres ven las cosas de una manera y sus hijos de otra.
¡Y eso está bien! Recordémosles que el respeto es la clave en la relación con
los padres. ¡Después de todo, son sus padres los que los alimentan, visten y
pagan todos sus gastos!

EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA, (hojas de trabajo)
1. Confeccionemos una lista de los rasgos positivos y negativos que notamos
en los padres para que ellos la consideren. ¿Qué es lo que los chicos
del grupo aprecian más de sus padres? ¿Y qué es lo que aprecian menos?
2. ¿Hacia dónde creen los chicos que apunta la relación con sus padres?
Algunos jóvenes piensan que no tiene “onda” llevarse bien con los padres,
otros, en cambio, sí. Tal vez podríamos contarles algunas experiencias propias en cuanto a la relación con nuestros padres (de cuando éramos jóvenes, por supuesto). Una vez que se hayan expresado, propiciemos una tormenta de ideas para descubrir diferentes formas en las que pueden mejorar la relación con sus padres.
3. .Permitamos a los jóvenes manifestar sus opiniones, pero no dejemos que el encuentro se convierta en una sesión de quejas. Ningún padres es perfecto.
Preguntemos a los jóvenes la razón por la que han escrito esas respuestas.
4. Consideremos cada una de las áreas problemáticas y notemos a cuáles de
las afirmaciones han respondido que son verdaderas en mayor número.
Detengámonos a preguntarle a los jóvenes si creen que de alguna manera
podrían cambiar esa situación. Por ejemplo, ¿de qué manera piensan que
podrían ganase la confianza de sus padres? ¿Qué pasos deberían dar para
comunicarse mejor con ellos?
5. Pidamos a los jóvenes que lean estos pasajes y analicen algunas formas
en las que podrían poner en práctica estos versículos dentro de la relación
padre-hijo. ¿Qué consejo les da Dios a ellos?

EL CIERRE
Enfaticemos que la mayoría de los padres quiere lo mejor para sus hijos. Han invertido tiempo y esfuerzo en la vida de sus hijos y se preocupan por ellos. Tal vez no son perfectos, pero son los únicos padres con que los jóvenes cuentan. Dios nos ha dado los padres y debemos ser agradecidos por esto.
Sugiramos a los jóvenes que miren a sus padres como personas, y no solo como padres. Recordemos al grupo que en Éxodo 20:12 Dios ordena honrar y obedecer a los padres, aun si no lo desean. Se trata de una orden (es uno de los Diez Mandamientos) que viene con una promesa también. Señalemos que nunca van a lamentar el haber amado y honrado a sus padres. Podemos concluir con una oración por los padres de todos y dar gracias por ellos. Tomemos un momento para que los jóvenes puedan orar en silencio por su relación con sus padres y los conflictos que enfrentan.

UN POCO MÁS
● Entreguémosles a los jóvenes un cuestionario sobre sus padres para que lo completen durante la siguiente semana. Para poder obtener las respuestas tendrán que hablar con sus padres. Algunas buenas preguntas a incluir son: ¿Cuántos años tenían tus padres cuando comenzaron a salir? ¿A dónde fueron en su primera cita? ¿Qué títulos académicos han logrado? ¿Cómo se sintieron al nacer los hijos? ¿Cómo celebraron su primer aniversario?

● Otra posibilidad es invitar a los padres a la reunión para integrar un panel de preguntas y respuestas. Dividamos el salón, colocando a los padres en un lado y a los jóvenes en el otro. Presentemos algunas escenas de la vida real para luego pedir a los padres que defiendan su postura ante los jóvenes. A su vez, los hijos harán lo mismo. Algunas situaciones sugeridas: llegar más tarde de la hora permitida, los padres estableciendo restricciones en cuanto a los programas de televisión y películas que pueden ver, un papá que reacciona por encontrar a su hijo visitando una página cuestionable de Internet, y otras. Estos padres e hijos pueden tener diferentes perspectivas entre ellos, pero esta constituye una excelente ocasión que los jóvenes entiendan mejor a sus padres (¡y viceversa!)

La guia paterna, los padres

EL TEMA
A medida en que los jóvenes crecen, van tomando distancia de sus padres y
formando una identidad propia. La mayor parte de ellos probablemente ya lo
ha hecho. Esto puede ocasionar cierto grado de malestar y rebeldía en la casa.
Los padres a veces dan la impresión de ser anticuados y exageradamente
estrictos. Esta guía para Conversaciones Dinámicas nos ayudará a analizar con los jóvenes la relación entre padres e hijos desde un ángulo positivo. ¡Y ojalá los ayude a darse cuenta de que sus padres también son personas!
Tal vez nuestros chicos provengan de diferentes tipos de familias, lo que
puede incluir hogares con padres divorciados, familias de un solo padre, y
hasta orfanatos. Seamos sumamente cuidadosos al conducir el debate. No
presupongamos que todos los jóvenes proceden de un hogar tradicional que
cuenta con sus dos padres.

PARA COMENZAR
En una hoja grande de papel o en una pizarra, escribamos junto con los jóvenes algunas de las cosas que les gustaría cambiar en sus padres si pudieran.
Comencemos sugiriendo algunas ideas como: “Que me dieran más libertad”,
“Que no me obliguen a tomar clases de guitarra”, y otras semejantes. Si los
chicos no quieren ser específicos, no los forcemos a ello.
En otra hoja grande de papel, pidamos a los jóvenes que escriban algunas de
las cosas que sus padres quisieran cambiar de ellos. Mantengamos a los jóvenes dentro de una perspectiva correcta (quizás haya algún joven que escriba “Nada, soy perfecto”).
Ahora comparemos las dos listas. Señalemos que tanto los padres como los
hijos tienen sus fallas y cometen errores (¡son humanos!). Y hagamos que
tomen conciencia de que la relación entre padres e hijos parte de dos puntos
de vista distintos: los padres ven las cosas de una manera y sus hijos de otra.
¡Y eso está bien! Recordémosles que el respeto es la clave en la relación con
los padres. ¡Después de todo, son sus padres los que los alimentan, visten y
pagan todos sus gastos!

EL DEBATE, PREGUNTA POR PREGUNTA, (hojas de trabajo)
1. Confeccionemos una lista de los rasgos positivos y negativos que notamos
en los padres para que ellos la consideren. ¿Qué es lo que los chicos
del grupo aprecian más de sus padres? ¿Y qué es lo que aprecian menos?
2. ¿Hacia dónde creen los chicos que apunta la relación con sus padres?
Algunos jóvenes piensan que no tiene “onda” llevarse bien con los padres,
otros, en cambio, sí. Tal vez podríamos contarles algunas experiencias propias en cuanto a la relación con nuestros padres (de cuando éramos jóvenes, por supuesto). Una vez que se hayan expresado, propiciemos una tormenta de ideas para descubrir diferentes formas en las que pueden mejorar la relación con sus padres.
3. .Permitamos a los jóvenes manifestar sus opiniones, pero no dejemos que el encuentro se convierta en una sesión de quejas. Ningún padres es perfecto.
Preguntemos a los jóvenes la razón por la que han escrito esas respuestas.
4. Consideremos cada una de las áreas problemáticas y notemos a cuáles de
las afirmaciones han respondido que son verdaderas en mayor número.
Detengámonos a preguntarle a los jóvenes si creen que de alguna manera
podrían cambiar esa situación. Por ejemplo, ¿de qué manera piensan que
podrían ganase la confianza de sus padres? ¿Qué pasos deberían dar para
comunicarse mejor con ellos?
5. Pidamos a los jóvenes que lean estos pasajes y analicen algunas formas
en las que podrían poner en práctica estos versículos dentro de la relación
padre-hijo. ¿Qué consejo les da Dios a ellos?

EL CIERRE
Enfaticemos que la mayoría de los padres quiere lo mejor para sus hijos. Han invertido tiempo y esfuerzo en la vida de sus hijos y se preocupan por ellos. Tal vez no son perfectos, pero son los únicos padres con que los jóvenes cuentan. Dios nos ha dado los padres y debemos ser agradecidos por esto.
Sugiramos a los jóvenes que miren a sus padres como personas, y no solo como padres. Recordemos al grupo que en Éxodo 20:12 Dios ordena honrar y obedecer a los padres, aun si no lo desean. Se trata de una orden (es uno de los Diez Mandamientos) que viene con una promesa también. Señalemos que nunca van a lamentar el haber amado y honrado a sus padres. Podemos concluir con una oración por los padres de todos y dar gracias por ellos. Tomemos un momento para que los jóvenes puedan orar en silencio por su relación con sus padres y los conflictos que enfrentan.

UN POCO MÁS
● Entreguémosles a los jóvenes un cuestionario sobre sus padres para que lo completen durante la siguiente semana. Para poder obtener las respuestas tendrán que hablar con sus padres. Algunas buenas preguntas a incluir son: ¿Cuántos años tenían tus padres cuando comenzaron a salir? ¿A dónde fueron en su primera cita? ¿Qué títulos académicos han logrado? ¿Cómo se sintieron al nacer los hijos? ¿Cómo celebraron su primer aniversario?

● Otra posibilidad es invitar a los padres a la reunión para integrar un panel de preguntas y respuestas. Dividamos el salón, colocando a los padres en un lado y a los jóvenes en el otro. Presentemos algunas escenas de la vida real para luego pedir a los padres que defiendan su postura ante los jóvenes. A su vez, los hijos harán lo mismo. Algunas situaciones sugeridas: llegar más tarde de la hora permitida, los padres estableciendo restricciones en cuanto a los programas de televisión y películas que pueden ver, un papá que reacciona por encontrar a su hijo visitando una página cuestionable de Internet, y otras. Estos padres e hijos pueden tener diferentes perspectivas entre ellos, pero esta constituye una excelente ocasión que los jóvenes entiendan mejor a sus padres (¡y viceversa!)

¡Auch!

2 Corintios 11:21-2:10
El sufrimiento es algo Inevitable, pero Dios, con el tiempo invariablemente, lo convierte en algo bueno.

El Encuadre General:
Pablo Probablemente fue uno de los más grandes discípulos que hayan existido. y como recompensa por su fiel testimonio recibió bastante maltrato durante el proceso. Hablamos de golpizas que harían retorcerse de dolor a los mas bravos luchadores de solo pensarlo. Sin embargo, Pablo no se quejaba mayormente . Pero el tenia clara una cosa acerca del sufrimiento: si Dios decidía no librarlo del sufrimiento, con todo el sabía que podía contar con la fuerza y ayuda del Señor en medio del sufrimiento.
Si nuestros jóvenes son creyentes de Corinto, entonces probablemente no sean muy buenos al enfrentar el dolor y el sufrimiento. De hecho, es muy probable que esperen un alivio en mediato para sus problemas. Tal vez sea posible que encuentren alivio, pero no que todos sus problemas se acaben. Eso es cierto que no sucederá. Como Pablo les explico a los corintios, los creyentes deber estar dispuestos a pagar el precio que sea necesario para vivir por Cristo. Y si ese es el costo incluye sufrimientos, sabemos que también Dios caminara a nuestro lado en cada paso del camino , a través de todo lo que nos toque vivir, incluso a través del dolor.

Decisiones Difíciles:
Consuelo de la cruz
Entregar a cada adolescente una hoja de papel en blanco o marcador. Señalar que quisiéramos finalizar pensando en algunas de las formas en que ellos y las personas que ellos conocen resultan a veces lastimados. Pedirles que participen surgiendo palabras o frases cortas que descubran las heridas, desilusiones, frustraciones y sufrimientos que ellos han visto o que han experimentado por si mismos. Estar preparados para sugerir ejemplos de nosotros mismos también (como una violación, una discapacidad física , la pobreza , el divorcio de los padres, ciertos desordenes alimentarios secretos, otros) Asegurarenos de incluir también algunos problemas menores pero igualmente que generan tristeza o dolor. Pedir a los jóvenes que vayan anotando las palabras a medida que se mencionan.
Cuando las hojas estén llenas de palabras, o cuando las ideas dejen fluir , detener el proeceso y pedir a los chicos que repasen nuevamente la lista e identifiquen todas las cosas dolorosas que ellos hayan experimentado. Luego abrir la biblia en Hebreos 4:15-16 , e invitar a los jóvenes que rompan las cuatro esquinas de las hojas que tienen en sus manos , hasta darles la forma de la cruz mientras leemos este pasaje lleno de aliento.

“ Porque no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestra debilidades, sino uno que ha sido tentado en todo de la misma manera que nosotros, aunque sin pecado. Asique acerquémonos confiadamente al trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracia que nos ayude en el momento que mas la necesitemos.” (Hebreos 4:15-16)

Animar a los jóvenes a llevar con ellos estas cruces durante toda la semana , como un recordatorio de que Jesús comprende el dolor que sus hijos sienten a veces.

MEMORIZAR estas palabras de aliento que surgieron del corazón de Jesús:

“ LA PAZ les dejo; mi paz les doy. Yo no se las doy a ustedes como la da el mundo . No se angustien ni se acobarden.” (juan 14:27)

Extraido de Lecciones Bíblicas Creativas, 1 y 2 Corintios. De Marv Penner